El Golpe Militar que destruyó la Industria Nacional

domingo, 12 de abril de 2009

Argentina - Iran y Venezuela

EL PAIS › UNA EMPRESA VENEZOLANA-IRANI PODRIA FABRICAR COCHES EN ARGENTINA

Dos autos revolucionarios

La automotriz Venirauto, formada por Venezuela e Irán, analiza la posibilidad de instalar una planta en Ensenada. El proyecto contempla la producción de dos modelos: el Turpial y el Centauro. Son vehículos con tecnología Peugeot.

Por Martín Piqué

Irán y Venezuela pusieron la mira en Argentina. El objetivo: instalar en el país una filial de Venirauto, una automotriz venezolana-iraní que produce dos modelos bastante conocidos en el mercado asiático con tecnología de Peugeot. El lugar elegido para montar la planta es Ensenada, donde el gigante brasileño Petrobras acaba de comprar también un predio de diez hectáreas para desarrollar sus actividades.

“Ensenada vive una explosión, la ciudad se ha dado vuelta con obras y gestión. Ya llenamos un parque industrial y ahora crearemos otro”, cuenta a Página/12 el intendente Mario Secco, quien prepara un viaje a Caracas en el que se podría terminar de acordar el desembarco de venezolanos e iraníes en su municipio.

Los emprendimientos conjuntos de Venezuela e Irán van más allá del sector automotor. La asistencia de los iraníes es esencial para los planes de Hugo Chávez de diversificar la economía venezolana, hasta hace poco definida como un “sultanato petrolero” por el propio mandatario venezolano. “Veneirán produce tractores, bicicletas. También hay una fábrica de cemento y una fábrica de automóviles”, dice a este diario el embajador venezolano Arévalo Méndez Romero. El consorcio venezolano-iraní podría extenderse a la Argentina. Una de las alternativas que evalúan en Caracas, con la aprobación de los iraníes, es que la fábrica Venirauto construya una filial en Ensenada.

En Venezuela, esa empresa binacional produce el Turpial (en Irán conocido como Sapia 141) y el Centauro (bautizado como Samand en el país persa). La tecnología de esos coches proviene mayoritariamente de la francesa Peugeot, que en Irán está asociada a la empresa local Khodro. La promesa de Venirauto es que la planta de Maracay, al sur de Caracas, produzca 25 mil vehículos al año. Para el mercado argentino no es un número significativo: la producción anual de todas las automotrices ronda las 600 mil unidades al año. Pero en Ensenada se ilusionan con el impacto que tendría el proyecto en materia de creación de empleo. “A mí no me da miedo decir que me junto con los de Irán, con la gente de Venezuela. Seguramente van a decir que soy un zurdo de mierda. Ya me dijeron que era radical, que era el Che Guevara de Ensenada. Pero yo no soy un político, soy un luchador y del municipio me quiero ir bien”, dice Secco.

Samand / Centauro

La posible instalación de una planta de Venirauto no es la única buena noticia para Ensenada. El Astillero Río Santiago está cerca de botar dos buques para la venezolana Pdvsa reparados a nuevo. La actividad conjunta con Venezuela podría continuar con barcos de doble casco: una novedad para el astillero que languidecía a fines de los noventa.

Secco no tiene la trayectoria común de los jefes comunales. No viene de la política, sino de los sindicatos. Fue secretario general del gremio de municipales durante cuatro mandatos consecutivos. En 2003, cuando el distrito seguía padeciendo las consecuencias del neoliberalismo (en los ’90 se perdieron 10 mil empleos), Secco aceptó ser candidato a intendente por una coalición que agrupaba a partidos, sindicatos y movimientos sociales. Así, el dirigente gremial que había participado de la marcha federal contra el menemismo en 1995 y que había organizado cortes de ruta para protestar por el cierre de fábricas pudo ganar las elecciones. Cuatro años después volvió a ganar con el 70 por ciento de los votos.

Algunos rasgos peculiares del intendente. No tiene chofer, maneja un Mégane oficial de la municipalidad. Vive en la misma casa del barrio Piria de Punta Lara desde hace muchos años. Como muchos trabajadores del conurbano, construyó su casa con sus propias manos. En junio de 2007 denunció que una banda de narcotraficantes había atacado a su padre, Luis, de 76 años, y a su hermana María Beatriz, de 46. “Déjense de joder”, fue el mensaje que escuchó su padre luego de ser atado y amordazado dentro de su vivienda. La hermana terminó hospitalizada tras recibir un ladrillazo en el parabrisas del auto. El impacto le partió la boca y la dejó inconsciente. Por esos días, Secco venía denunciando que la policía protegía a los narcos: “Acá la droga, el robo y la policía han estado muy relacionados. Trabajan juntos, se reparten el territorio”.

A poco de asumir, Secco denunció que durante la gestión de su antecesor, el duhaldista Adalberto Del Negro, se había intensificado la venta de droga. Su cruzada contra los narcos sigue hasta la fecha. Hace quince días, la Bonaerense secuestró 10 kilos de cocaína tras recibir una denuncia del propio jefe comunal. Secco dice que comparte muchas ideas con Chávez y no pierde la ocasión de recordar que fue el único intendente que lo acompañó en el estadio mundialista de Mar del Plata en aquel recordado acto contra el ALCA de noviembre de 2005, donde también estuvieron Diego Maradona, Emir Kusturica y Evo Morales.

Irán quiere invertir en nuestro país, en relación con Venezuela. Ya empezó a estudiar la situación en Ensenada, donde tenemos combustible, gas y energía eléctrica. Somos un punto estratégico de la provincia de Buenos Aires. Irán tiene intención de ser parte de las nuevas empresas que van a venir a Ensenada”, se entusiasma ahora Secco.

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