El Golpe Militar que destruyó la Industria Nacional

sábado, 9 de mayo de 2009

Banco del Sur

ACUERDO SOBRE EL BANCO DEL SUR, ALTERNATIVA REGIONAL AL FONDO MONETARIO
En medio de la crisis internacional, los ministros de Economía de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela cerraron la discusión técnica sobre el nuevo Banco. El capital inicial será de 7000 millones de dólares. Ahora sólo falta la firma de los presidentes.-

El objetivo del banco es financiar proyectos de desarrollo en sectores clave de la economía para mejorar la competitividad y combatir la pobreza y la exclusión social. Podrán acudir a la institución los distintos Estados o empresas con previo aval de los Estados. En las negociaciones llevadas adelante durante los últimos tres años se descartó que la entidad opere como prestamista de última instancia, al estilo del FMI, como pretendían el presidente venezolano, Hugo Chávez, y su par ecuatoriano, Rafael Correa. Sin embargo, igual le otorgará a los gobiernos mayor fortaleza para seguir manteniendo distancia del Fondo Monetario.

Si los proyectos de infraestructura, por ejemplo, se pueden empezar a financiar con el dinero proveniente del Banco del Sur, entonces los gobiernos podrán disponer de mayores recursos propios para afrontar su deuda financiera sin tener que volver a depender de los préstamos del organismo multilateral, quien en los últimos acuerdos firmados con países como El Salvador, Ucrania, Islandia y Hungría demostró que sigue imponiendo las mismas exigencias de raíz neoclásica que llevaron a la crisis a la región.

Además, no hay que descartar que una vez que el banco esté en funcionamiento se vuelva a evaluar la posibilidad de que cubra necesidades de financiamiento frente a vencimientos de deuda, si es que la crisis internacional se profundiza. De ese modo, podría emular a los países asiáticos que recurrieron a esa estrategia para sortear las recetas del FMI, que siempre recomienda recortes subas de la tasa de interés y recortes en el gasto público, profundizando las crisis en momentos en los que por lo general se requiere reactivar la demanda para salir adelante. El Banco del Sur es una idea original del presidente venezolano Hugo Chávez. Fue en agosto de 2004, cuando propuso la conformación de una entidad financiera regional para “dejar de depositar nuestras reservas en los bancos del Norte” y poder disponer de esos recursos para “ayudarnos”, en vez de pedirle prestado al FMI y al Banco Mundial. Su intención es delinear la integración sobre la base de dos pilares clave: el financiero y el energético. El Banco del Sur cumpliría con el primer objetivo y el Gasoducto del Sur con el segundo, aunque esta última iniciativa por ahora está desactivada.

El proyecto contó con la adhesión inicial de Argentina, luego se sumaron Ecuador y Bolivia y finalmente Brasil, Paraguay y Uruguay, aunque la intención es ir sumando a otros países integrantes de la Unasur. Al comienzo Brasil llegó a decir que la iniciativa carecía de consistencia técnica y sugirió crear un fondo de estabilización regional que actuará como prestamista de última instancia frente a una eventual crisis de pagos. El temor era que Chávez utilizara el banco para disputarle el liderazgo en la región, pero finalmente bajó la guardia y se integró.

Luego de varios años de negociación en diciembre de 2007, los jefes de Estado firmaron el acta fundacional en Buenos Aires, un día antes de la asunción como presidenta de Cristina Fernández de Kirchner y definieron que el organismo tendría una sede en Caracas y dos subsedes, una en Buenos Aires y otra en La Paz. Entonces parecía que se iba a poner en funcionamiento en pocos meses, pero la iniciativa volvió a enfriarse por diferencias puntuales entre sus miembros. Brasil, por ejemplo, quería que los votos fueran proporcionales al capital aportado, mientras que el resto de los participantes se inclinaba por darle un voto a cada Estado independientemente del aporte, para que la impronta igualitaria y democrática lo diferenciara de los multilaterales dominados por las potencias centrales, como el FMI y el Banco Mundial. Finalmente, se optó por un voto para cada Estado, pero con ciertas restricciones vinculadas al capital aportado.

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